domingo, marzo 30, 2008

Entra el viento de olor ciruela...XIV



      La habitación roja




      Extraña
      al pasaje del equinoccio
      en los almendros, a la curva
      de la mañana en las paredes,

      distanciada,
      arropada con el tejido
      denso del secreto de flores
      bajando para contener
      el frutero, la nitidez.

      Me pierdo en la forma
      de las ciruelas amarillas
      rodando en la mesa.

      (Un don encarnado ilumina
      internamente el equilibrio)

      Y soy yo,
      bisbiseando a los licores,
      repartiendo calma a las frutas,
      quien aleja voraces dientes
      de este día… nada
      se precipita al fin del gusto,
      nada abatido de las sillas
      de enea.

      Sentaos en la luz, les digo
      a los fantasmas.

6 comentarios:

Fernando dijo...

sentidos puestos en el viento, el aire, el color de la vida..y el pasado saliendo a la luz..besos.

Algaire dijo...

Me gusta, muy bien conjuntado con el cuadro.
Un abrazo

Casiopea dijo...

Sentaos en la luz... ¿Hay algo más valiente que ordenarle a los fantasmas propios salir de entre las sombras?

Me encanta el último verso de tu poema, Ogi...

Anónimo dijo...

Me gusta especialmente este cuadro y esas pinceladas rojas que realzan los versos.

Un besín

almena dijo...

Beso, querida Ogi, querida Poeta.

Malgastar esfuerzos dijo...

Qué bien sigues dibujando con esas pinceladas de palabras...

Un beso.

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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