viernes, abril 30, 2010

De marrón, por último:

La pintura es de Belén Conthe

      OCRE

      Los ramas de los abedules

      y los álamos se desvisten.

      Hace meses, se intercambiaban

      abanicos con los castaños,

      con los robles, y murmuraban

      entre sí: ¿se marchará el verano?


      Ahora, sin ruido,

      más abrazados por el ábrego

      que por cualquier otra humedad,

      dejan caer lo que no sirve,

      los tejidos

      agotados, la clorofila

      inerte.

      Y alfombran

      el recorrido de los parques

      con la tonalidad pacífica

      de un retorno a la lana.


      No es cierto que el ocre me invite

      a la tristeza.


      No hace calor,

      una tormenta ruge lejos,

      y los fragmentos de las telas

      de los árboles se asemejan

      a papelillos verdes,

      granates, amarillos…


      Es ocre mi día y no está

      triste, sólo está reposado.

jueves, abril 22, 2010

VERDES: Verdeoliva


      VERDEOLIVA

      Aceituna verde de enero verde, de la varea helada, picuda

      cornicabra verde.


      Luego,

      en verano, al subir andando de la alberca, la sangua huele

      a verde aunque baje muy negra

      por los albañales,

      de las cunetas al arroyo

      y verde


      Y en las almazaras

      el cielo es verde.


      Luego

      mi tía, cuidadosa, cura las aceitunas con hinojo

      verde.


      ¿Qué te voy a contar? Yo sigo siendo la niña que le encanta

      comer aceitunas con pan

      y verde y verde.

viernes, abril 16, 2010

VERDES: Esmeralda


      ESMERALDA

      A finales de marzo,

      los niños dejan sus abrigos en cualquier parte y llegan vientos húmedos, ansiosos de abrir la casa de la primavera y limpiarle las sombras del invierno.


      Crece la hierba en el dominio deshabitado de la escarcha, crece la hierba herbívora, se cree perdiz o lombriz de tierra, se cree una oveja dando brincos muy poco ovejos en los pastos.


      ¡Es tan poderoso el color de la hierba libre tan dentro del apetito de vivir, tan dentro!


      Y los niños, que antes han sido un almendro incauto cada uno, un almendro impaciente, desarropado, ahora prefieren rodar por la hierba, como se ruedan esas tontitas margaritas precoces que nadie ha cuidado.


      En mi pecho la mañana verde, el instante de vuelta de los vientos húmedos, el momento nervioso de los amados niños cuando se desabrigan, se enverdecen: esmeralda feliz, la hierba.


      Comienza todo entonces en los deseos.

viernes, abril 09, 2010

VERDES: Jade




      JADE

      De la sustancia de un dragón aletargado en la penumbra

      nació el ailanto y, del ailanto, desde su savia sin fatiga, esta piedra no piedra verdelago,

      este lechoso verde intacto.


      El dragón buceaba en lluvias intratables mientras buscaba una armonía musical para el mundo;


      se escondió en una cueva, desfallecido por no hallarla y, de su sueño sin final, brotaba el díscolo arbolillo que crece en los lugares donde no crece nada, negándose
      a morir.


      Y de la esencia de su tronco imparable, flexible pues quisiera ser música, surge el verde acogedor, el verde
      abril.


      Si lo tocas es tibio,
      si lo miras contiene fibras vegetales viviendo, verde primerizo, verde de tórtolas y nidos, el verde creador.


      Porque guarda los sueños
      del dragón de la lluvia llena de oxígeno, porque guarda la melodía nutritiva, la terrestre canción del árbol del cielo.




jueves, abril 01, 2010

ALGUNOS ROJOS: Amaranto



      AMARANTO

      Se aterciopela con el agua, se oscurece,

      se empapa con los obsequios de los abrazos.

      Quién confía se amara en la serenidad

      de los amigos, se oscurece para ser

      más íntimo, más callado, más terciopelo

      para su silencio.

      Quien confía se empapa en los afectos dóciles,

      apegados,

      como en amor atados. Se amara de amor

      y ama con calma.



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    Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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