sábado, julio 28, 2012

Ravel I

Algunos poemas para el redescubrimiento de Ravel, no sólo de su Bolero. Como si lo hubiera escuchado por primera vez... una iluminación...sí, la música, a veces, ilumina.


      Dafnis y Cloe. Suite nº 2

      Dejas de mirar con sus ojos los árboles que adormecen su calle. Ella ve al sol rozar un lado de la torre de acero. Esta mañana la paloma quieta recoge saludos, ha sobrevivido al blanco acechador nocturno.

      El pasto donde  la pastora suele entretener al difícil rebaño solitario brilla de helada sin caricia. Los animales desentierran raíces no quemadas o simiente en letargo.

      Lo que mira responde con silencio. ¿No te acuerdas que era muy fácil acogerla a tu lado cuando venías de tu casa hasta su casa? ¿No te acuerdas que hablabais una lengua que ella inventó por juego y tú entendías?

      Ahora  que estás muerto, comparte tu mirada. Cambia el sentido de la vista en ella. Sabe mirar las laderas bajo la helada, el cielo tierra adentro; nieva y, como tú, interpreta pisadas en la nieve.

      Con silencio responde tu presencia sustituyéndote y mirándola. Pero ella no se angustia, nada le niega separarse de ti. Sólo estás muerto y lejos. Ella ocupa tu hueco liberado y mira, maravillada, ese espacio sin vuelta con tus ojos.

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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