Saltar al agua y sumergirme y ver
la mínima importancia del azúcar.
Verter la taza
de leche de la pena, estar de acuerdo
con mi hermano porque nadar sin grava...
Igual que un bosque
sumergido: cintas de olvidadizas
algas, carnívoros
de risas de las niñas con merienda
y en una transparencia de medusas,
la clorofila, el vaho
de los depredadores de recuerdos.
Y seré más hermosa que las rubias
en la Quinta Avenida,
más hermosa que los campos tediosos
del trigo, siempre
diciendo la verdad.
Aprenderé el secreto de la Diosa
que alguien dejó caer
3 comentarios:
Feliz mañana dominguera y lluviosa, querida POETA
besos
Precioso, un beso muy fuerte.
Feliz lectura esta tarde en el Palacio de Benacazón.
Es chulo el nuevo diseño de la página ;)
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