sábado, octubre 28, 2006

Poemas para un muchacho llamado Furey-1-


Prosigue el libro de Alice

Leeremos unos poemas dedicados a un joven amor ausente....digamos que podría llamarse Furey, como en en el cuento de Joyce:

«Leves toques en el vidrio lo hicieron volverse hacia la ventana. De nuevo nevaba. Soñoliento, vio cómo los copos, de plata y de sombras, caían oblicuos hacia las luces. Había llegado la hora de variar su rumbo al Poniente. Sí, los diarios estaban en lo cierto: nevaba en toda Irlanda. Caía nieve en cada zona de la oscura planicie central y en las colinas calvas, caía suave sobre el mégano de Allen y, más al Oeste, suave caía sobre las sombrías, sediciosas aguas de Shanon. Caía así en todo el desolado cementerio de la loma donde yacía Michael Furey, muerto. Reposaba, espesa, al azar, sobre una cruz corva y sobre una losa, sobre las lanzas de la cancela y sobre las espinas yermas. Su alma caía lenta en la duermevela al oír caer la nieve leve sobre el universo y caer leve la nieve, como el descenso de su último ocaso, sobre todos los vivos y sobre los muertos».
Los muertos, de James Joyce




I


Apreso en mis mandíbulas
los últimos jaguares.

Yo no sé
hablar con suavidad a los jacintos
o mirar con prudencia un terremoto.

Bailo bajo los muslos de la tierra,
bailo con los geriatras y los niños,
bailo con bordadoras que no tienen
hambre porque limaron
sus uñas en tejidos de renuncia.

Te buscaré, muchacho,
haré de ti una joya en los salones
de París;
yo seré Marlon Brando
y tú, un alumno
precisamente experto con los dedos.

Bailo en las averías de los coches
cuando la noche ruge de ginebra
y quedarse parado
es una invitación a los felinos.

Me alimentan los últimos jaguares
y parece mentira
que en la ciudad de obispos y de muertos
pueda encontrar la selva y su extravío.

Te buscaré, muchacho,
y bailaré en tus brazos abatida.
Me dejaré ganar por tu apetito
y haré que me desangro en tu inconstancia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

potente, sí -copio el término a rip, ayer apostillaba así a Roth-.
Y que no pare la música ;)

Leodegundia dijo...

Buena combinación del fragmento de Joyce y el poema.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Alice continúa insaciable...ambiciona vidas,las elige ¿intriga, manipula y las consigue?. Es Ella... la que siempre nos encuentra.
Un besín

Molloi dijo...

En el blanco salón suenan los pasos
Bailando están al son de una mirada
Como cuchillos fieros se abalanzan
Ya no toca la orquesta, te has salvado


En este jardín del mar se baila mucho y bien. Felicidades. Por cierto no intento matar a nadie con mi verso anterior. Es sólo un pequeño jugete de comunicación que he escrito sobre la marcha. Gracias por leerme.

Anónimo dijo...

eele , q bueno marlon brando, pasion esa tuya de mirar los terremotos, me encanta , me esta sorprendiendo este alice ,tan tuyo. ale.

almena dijo...

Esta Alice intrépida me encanta.

:)

Abrazo grande, POETAZA!

Susy dijo...

Me sumo al libro y recuerdo a aquel muchacho muerto de ausencia que en "Dublineses" de Joyce en su cuento "los muertos" es recordado con peso en el corazón por una mujer de marido complaciente y bueno en cuyo amor ella se abandonó si ponerle voluntad.

Un beso.

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