martes, marzo 07, 2006

Cuarta foto, cuarto poema



Creo que merecen una explicación las fotos y el poema...

...Hace dos años llegaron las cigüeñas en su viaje desde el norte; venían muchísimas y se situaron cada una en pináculos, en torrecillas de La Catedral, de San Juan de los Reyes y de otras iglesias de la ciudad.
Se entretuvieron aquí una temporada muy larga, hasta bien entrado el invierno, y una mañana, de repente, ya no estaban. Pero en ese intervalo de su visita el espectáculo fue una maravilla:
Era sorprendente oír su crotoreo ruidoso buscando al eco por las calles aún en sombras, era la belleza contemplar cómo iniciaban su vuelo desde las alturas e iban ¿dónde?, quizá a la orilla del río ( allí debe haber mutaciones dalinianas), quizá al vertedero o los restos de los sembrados en La Sagra... Verlas planear, blancas, unas raras reinas... Y una mañana, de repente, ya no estaban.





Tantas, tantas veces
allí, en la altura, desde el Cerro
viste marchar al navegante
de la jornada de septiembre.
Y la corona de los reyes
muertos de San Juan
era un puerto que, a contraluz,
se ennegrecía con la espuma
de la costumbre en despedirse.

Hoy, igual que siempre,
cuando admiras esa belleza
del marcharse y los melancólicos
insisten en la brevedad
de su herencia
-aunque tú no, tú amas
no acobardar momentos ni aire
agotado-,

hoy, cuando las cigüeñas, cada una
sobre su torrecilla gótica
o equilibrando la veleta,
miran la huella del navío
y recuerdan a verticales
gárgolas,

tiene la tarde un interés
por la fugacidad del rastro
de lo hermoso,
tiene la tarde una disculpa,
y ni un gemido del adiós
quebranta el momento.

Esta delicadeza surge
del vivir

y es entonces
cuando el fotógrafo captura
un secreto del irse, pero
se queda todo anocheciendo
grato, consintiendo.



© Fotos :Ricardo Martín

9 comentarios:

Solo en la Oscuridad dijo...

Vaya que palabras, que poema, felicidades.

Gracias por tu visita y seguire disfrutando de tu blog.

Montse dijo...

Si eres la Ogigia que yo conozco... un millón de besos desde mi mar y si no... también. Felicidades por tus poemas.

Anónimo dijo...

Preciosos poemas Ogigia.. magnífica colección;) guárdalos bien.. son buenísimos
Un saludo, feliz día

Anónimo dijo...

que maravilla...:)

almena dijo...

mmm esa luz, esas sombras... esas siluetas increíbles y fantásticas...
Como tus letras.

Besito!

Anónimo dijo...

Maravillosas las fotos y no menos maravilloso el poema:
"hoy, cuando las cigüeñas, cada una
sobre su torrecilla gótica
o equilibrando la veleta,
miran la huella del navío
y recuerdan a verticales
gárgolas".
Un abrazo

Anónimo dijo...

Unas preciosidades... hacía dias que no venía por aquí y la luz se desborda.
Un besín

Anónimo dijo...

Algun día yo desapareceré con esas cigüeñas, Ogi. Buscaré la belleza en los naranjas de otros atardeceres ahora lejanos donde el futuro será solo recuerdo.

Anónimo dijo...

Algun día yo desapareceré con esas cigüeñas, Ogi. Buscaré la belleza en los naranjas de otros atardeceres ahora lejanos donde el futuro será solo recuerdo.

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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