domingo, febrero 19, 2006

Cuarta parte, segundo poema


Blue green and brown


Aunque parezca que los lobos
se adueñan de la puerta de mi casa
han permanecido avezados
guerreros y ahora despojan
sus cinturas de los metales
de la vehemencia o de la ceniza.

Qué maravilla
la noche sin calor, sin dudas
ni desesperados encuentros,
ni saludos ni adioses, nada
salvo esta noche abisal, fulgurante
de estrellas sin mensajes,
sin muertos ni súplicas, sin amor
imperfecto.

Tan sólo esta noche ancha y casta,
esta dama desnuda ante mis ojos
.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Precioso... el amor sereno y sin urgencias.
Un besín :))

Anónimo dijo...

"salvo esta noche abisal"
efectivamente al contemplar el cuadro parece que estemos sumergidos en el fondo del mar.
Un abrazo

Anónimo dijo...

¡Qué tranquilidad desprende este poema! Como si no tuvieramos que precuparnos por nada, nada salvo ese momento...
Bsos!

bettyylavida dijo...

Sí, es verdad, añoro una noche así

Anónimo dijo...

una noche sin amor??? Mas sque azul, lo veo negro... ;)
Como siempre, una maravilla de letras...

Musus

Anónimo dijo...

Que dificil enamorarse en azul... Aunque seguro que es cosa de un tiempo sereno capaz de desnudarse ante los ojos.

Que te voy a decir...

Precioso como siempre, Varios besos atrasados, Ogi.

almena dijo...

Buenas noches, mi poeta-amiga.

Feliz noche abisal.
Besazo!

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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