sábado, noviembre 26, 2005


De la materia de la sed,
sumisa carnadura de la tierra;
de la materia donde flores
caminaron con su pequeña vida,
y el viento acarició su vientre
callado, acogedor de sangre,
vientre dócil, intenso, que serena
a los muertos.
Del laborioso tacto que transforma
el cuerpo maternal y todo
el ser de quien se inclina crea
y se concentra en tal prodigio,
se envuelve de silencio imprescindible
y amalgama una forma que contiene
un planeta
y ya no sólo arcilla es la costumbre,
no sólo de un objeto el alma
moldeada
se muestra.
De esa materia calmas la avidez
del agua:
te sumerges en tus manos alegres,
tomas un regalo escondido
y ya eres el agua misma, eres
un objeto de amor tan necesario.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Y del propio barro nace una piedra preciosa pues no lo es más el frío y deslumbrante diamante que aquella humilde vasija que mantiene fresca el agua que calmará tu sed tras una soleada mañana de trabajo en el campo.
No te pongas joyas, tú ya lo eres.
Un saludo.

Anónimo dijo...

Alfarero...un oficio que me fascina. Hacer surgir la forma del barro. Darle vida a una sustancia inerte. Un inreresante proceso creativo.
Musu bat

senda de luz dijo...

bonita foto y precioso texto

me trae melancolía y me gusta observar esos trabajos que por desgracia a veces van perdiendose poco a poco....

hace un tiempo escribí un cuento...

el cuento del alfarero

http://lasendadeluz.blogspot.com/2005/01/el-cuento-del-alfarero.html



Abrazos

Anónimo dijo...

Me pierdo en todas esas sensaciones...y guardo silencio.
Un abrazo,particularmente emocionado.

Anónimo dijo...

Otro sensacional poema.
Ojalá que tus manos nunca dejen de practicar alfarería con las palabras.
Un saludo

almena dijo...

Mi abrazo siempre admirado, Poeta.
Grande. (El abrazo y usted)

Sujari Bejarive dijo...

No diré nada que no perturbe el sentido y la belleza de lo que escribes. Sólo: No pares de escribir...

Anónimo dijo...

me inclino como aprendiz de alfarro y miro tu obra que va quedando para ir a la prueba del fuego,

Anónimo dijo...

me inclino como aprendiz de alfarero y miro tu obra que va quedando para ir a la prubea del fuego,

Anónimo dijo...

precioso Ogigia.. como ya te han dicho más arriba; no pares de escribir ;))
un abrazo

Anónimo dijo...

No me queda nada por decir. Al fin veo en la materia a ti debida la recompensa de una profusa y unánime opinión. Del barro que mancha la suela se puede hacer arte, tu lo logras, con gran maestría.

Un beso, Ogi.

Leodegundia dijo...

De la misma manera que se moldea el barro, deberíamos de moldear nuestro comportamiento para convertirnos en mejores personas. Después de todo de él venimos y a él regresaremos.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Muchas veces he pensado que la gente estamos hechos de arcilla. Debe ser herencia del colegio, pero es buena metafora ¿verdad?

Besos!

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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