
Lo que atesora la memoria
ignora el frío de la prisa.
Una luz de julio se ha quedado
en los soportales
aunque esos días de nublarse
y lluvia en La Mancha se peguen
a tu piel como una tristeza,
como algo más cierto
que
...”Pero ¿qué digo?
Que me estoy atravesando
el corazón; no es posible
resistir a lo que paso:
toda el alma se me abrasa.
¿Para qué, cielos, lo callo
si por los ojos se asoma
el incendio que disfrazo?”*
Lo que atesora la memoria
es una lluvia enamorada
en esos días de La Mancha
grises.
Sólo el amor, que escapa siempre
de los retratos y los lamentos,
suele hablar. Nadie se detiene
a atenderlo.
*De EL DESDÉN CON EL DESDÉN. Agustín Moreto.