
El sherpa Tenzing Norgay,
a las 11:30 de la mañana del día 29 de mayo de 1953.
¿Para qué sirvieron las intenciones
de la envidia?
¿Para qué sirvieron las madrugadas
que intrigaban con las aceras pasos
donde caer y lastimar columnas
vertebrales? ¿Y ese resentimiento,
ese pensar tú te mereces parte
del festín?
Ya queda atrás, ahora, la aflicción
si el esfuerzo consigue lo inservible:
un verso de la diosa del oxígeno,
briznas de un sacro aliento disponiéndose
a hablar.
9 comentarios:
El oxigeno, da vida y nos da muete, la emoción y el riesgo nos dan vida y nos dan muerte.Muy bonito tu post, y gracias por tu comentario(soy lento, pero al final, te he encontrado)..en cuanto al Sherpa, escribirlo es algo que puede hacer solo después de vivirlo.1saludo
Gracias, doc, por tu comentario
Buenos días, Ogi.
Ningún tema se resiste a quien domina este arte. Cada uno se vuelve poesía en sus manos, poeta.
Un beso
Los sherpas, esos callados acompañantes de los que apenas se habla cuando alguien alcanza la cumbre y que sin ellos no lo lograrían.
Un abrazo
Silenciosos compañeros de los que se llevan la fama por hacer lo que, sin ellos, sería imposible..
Buen post.
Un beso :)
Hay que asomarse a tus versos para comprender la profundidad que deja a los lados la cumbre.
El esfuerzo nunca es baldío, porque al final siempre hay recompensa.
Un categórico beso, Ogi
Aún queda la recompensa de alcanzar la cumbre. La gloria... Ese un concepto que el oxígeno no entiende.
Con respirar basta.
Gracias, gracias a todos por vuestros comentarios
OGIGIA: Por fín puedo visitarte un poco tranquilo. Tu blog es un remanso de paz y serenidad. Sentarse a la sombra de tus poemas y contemplar las fotos o los cuadros, mientras fumo un cigarro y pienso en la frescura que me viene al corazón, me da fuerzas para seguir en el camino de la búsqueda permanente.¡Qué bien se está aquí!. Volveré pronto para decirte que me gusta éste sitio tuyo. Un abrazo de Abel.
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