YSEUT
Consciencia del veneno, lámpara votiva en la proa del barco. La galerna espuma los gritos de los ahogados y la electricidad sutura cualquier recuerdo de una infancia huérfana.
Sonriente en la tempestad, madreselva impávida, decidiendo amarte, aprendiendo a envolverme al mástil de arpa de tu cuello, cantando un nuevo lai, avasallando a los remeros con mi pelo rubio y mis manos que sanan.
Toda la lluvia del amor rebosa de esta copa, desconcierta alianzas... y arrojo al agua los anillos, la mansedumbre, la doncellez, los esponsales bordados en mi pecho.
Bebo de tu labio, degusto sangre que sabe a soldaduras siales alzando una piedra impaciente.
Vivo porque tú estabas muerto, ileso, vestido para la renuncia, y he posado el metal del cáliz en tu sed, he dicho en alto Lázaro, camina, y saboreo de tus dientes la pulpa del veneno, pez del mar de los venenos.
Vivo en un litoral hostil y vivo fiel a mi apariencia pero ebria de la distancia de tu boca a mi boca, vaso que apuro en la muerte, en tu boca.
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La imagen es del inquietante Aubrey Beardsley
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5 comentarios:
Ogi, saludos de ya Domingo.
Lo comienzo leyéndote....
Besos, guapísima
El amor es esclavo, esclavo hasta de si mismo. Trágico final y a la vez turbador (o turbante). Bella renuncia, inconmesurable fatalidad.
Leerte ya es una delicia que la costumbre no consigue domar.
Un beso, Ogi.
El amor es un dulce veneno que a veces te da la vida y a veces te mata
Besos.
Pero el amor a veces también puede ser la más dulce las esclavitudes.
Felicidades por tu texto, me parece muy bello.
Qué barabaro que fuerza!!! y hacía mucho que no leía tan buen texto!!!
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