
Escondes papelillos
cuidadosamente doblados.
Blanco que alienta la blancura,
cal de deseo hierve en tinta
blanca.
Donde ha hendido la luz
tienen la sangre fría
dos lacertas
que escapan de tu mano pero
luego,
entre la estrecha sombra
de las junturas, leen
esas piedras pequeñas tuyas,
íntimas del ansia.
Y se salen al sol, más tarde,
verdes,
contraste del deseo con lo blanco,
breve quietud nerviosa
del secreto.
4 comentarios:
Toda una poetisa Ogigia
ILDivo
Buenas tardes, poeta.
Te seguiré de cerca con esta nueva serie...
;-)
Acabo de volver de seis cortos días de viaje.
Besos!
Magnifíco!!! Realmente bello tu poema...
No sé por qué, pero es curioso que siempre un secreto, por muy escondido que se halle, modifica al que lo conoce.
A saber que papelillos escondidos entre piedras nos harán ser como somos.
Un beso, Ogi
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