
El alma, la palabra
que temió de pequeña. No sabía
si al pronunciarla un soplo
se fuera de su boca
y se quedase tonta,
como un pájaro gris, como una piedra.
Y Dios,
- porque aprendió a escribirlo con mayúscula-
semejante a una cumbre,
allí sentado, viendo.
Unos días jugaba a los altares
con dudosas estampas de Murillo.
Otros días creía que era un pájaro,
una piedra casual,
y no importaba.
9 comentarios:
Sí que importa.. importa saber en que pensaba, en que palabra se dibujaba, a mí si me importa saberlo...
besos
gracias, inn
Buenos días, Ogi.
Me están encantando esta nueva serie de poemas. Otra vez tus dos últimos versos me obligan a hacer instrospección...
:-) Feliz viernes, poeta
Cuales otras palabras aprendión de pequeña?
Hay palabras que parecen encerrar el soplo del origen de la vida y, sin embargo, la palabra precisa es aquella que no se pronuncia o la que trazan dos bocas que se juntan.
Saludos
Te deseo un buen fin de semana... a mí tb. me enseñaron a escribirlo con mayúscula... Saludos
Te deseo un buen fin de semana... a mí tb. me enseñaron a escribirlo con mayúscula... Saludos
¿Es posible que un niño tema pronunciar alguna palabra? es una pena si así fuera.
Un abrazo
gracias a todos por vuestros comentarios
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