
ECLIPSE
Aquella tarde, cuando revelaron
las ilusiones falsas esmeraldas,
como la conquista de un nuevo mundo,
como la bola de cristal mintiendo
el porvenir...
Aquella tarde que detuvo el reloj
-mucho después de la última alegría-
murieron las palomas mensajeras
y creció con la sangre una pequeña
criatura.
Se aproximaba el vuelo de un satélite.
Fue acomodarse al peso de su círculo,
adecuar las pupilas a los cambios
de luz.
Adiós, decirse, o callar simplemente
el hueco que dejaba la esperanza.
3 comentarios:
Vale... Me gusta, a secas, sin más... No es tan bueno como el anterior, que ese sí que... Ese sí que me hace exagerar. O no.
Saludos
me han mucha gracias tus comentarios, max, son tan, tan...poco usuales...
Buenos días Ogi.
Que no, que ningún eclipse evitará que la esperanza vuelva a rellenar su hueco.
Sí, trasnocho... :-)
Un abrazote
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