- Si dejo de escuchar con la mirada
y silencioso el párpado del miedo,
tumbada, nunca muerta,
un oficio de mar
acompasa sus olas con las ramas
y, tierra adentro, barcos,
griterío de un puerto,
oblicuos mascarones impacientes.
Me deslizo a las islas
donde no se contagia
la melancolía,
donde no se sabe llorar,
dolerse,
manutención temblando.
Hay un estar viviendo
lo presente,
hay un exceso
de los giros más bellos que las damas
suelen trazar con sus sombrillas.
Tierra adentro, muy dentro,
el viento de los árboles, mañanas
de la espuma,
veletas en las velas reidoras
y una música cerca.
Rose - Ludovico Einaudi