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Powaqqatsi/Sierra Pelada
Philip Glass
Primer pájaro de la mañana
Hay un falso letargo que estremece
las oseras del sueño.
Muevo
los helados menhires de la noche.
Hay un falso letargo en la cortina
de hojas,
de rumores de luz sobre mamíferos
que se han acostumbrado
a vivir del escombro.
Amo
la tristeza apacible
de esos hombres
con los ojos azules que desean
el mar.
Amo
su primera mirada
para desperezarla,
para agitar la rama en su balcón,
y estoy tan viva
que podría mudarlos
en condes jovencísimos
y podría enseñarles
una canción que cautivara a sus po-
blados.
Cubro
de día el ir aprisa, los braseros
que despiden las camas,
y estoy tan viva
que se convertirían en palmeras
los campanarios hoscos
y las torres
de alta tensión que asedian
las murallas.
Hay un falso letargo
que me gusta romper.
Abro
a la mañana un río irrepetible
y amo
la neblina de un frío conquistado
para quedarme azul
en la mirada triste
de esos hombres perfectos.
3 comentarios:
Hay un amanecer que destila veneno gota a gota, adormeciendo los diminutos cuerpos... Va en mi próximo poema.
Magnífico. Besos.
Hay un letargo
en la canícula
de la estación de ultramarinos.
Un letargo
que me deja inactivo
por imperfecto.
Imperfecto y admirado,
le saludo.
Veo que mi comentario se ha evaporado...
Te decía que me gusta especialmente este poema porque es como una ráfaga suave que se superpone a lo cotidiano y rescata esa serena luminosidad que tiene todo tu "magia".
Buen fin de semana!!
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