El marino
Las amapolas y el cantueso reavivan la temporada de los baños, ensenadas de cuarzo verde,
blando
viento verde preferido por el trigo,
dientes de león buenas y cobardes, pri-pri de las perdices y pájaros pequeños con nombres tan pequeños que no les caben en el pico.
Lagartos en las lindes como cruzados cuidando aún el campo de batalla, y moscas vampiras molestando a los bañistas y mariposas disfrazadas de gaviotas sumergiéndose en la hierba.
Él hace memoria, no recuerda ningún ahogado mar adentro, en la hierba; hace memoria de la noche de los grillos, de la temperatura que despierta a los murciélagos, la noche querida, dormir en tierra firme
en su cama
morir.
Y aunque a la hermana le dijera que estaba bien de salud en sus dos últimas cartas, la espuma salitrosa le ha endurecido el llanto y bajo el agua se ha perdido la excitación de las conquistas.
Cansado de abandonar el equipaje en puertos luminosos, cansado del horizonte de Ulises, de los delfines, del tuétano de algas, desea no ser libre, dormir en tierra firme
en su cama
morir.
Las amapolas y el cantueso reavivan la temporada de los baños, ensenadas de cuarzo verde,
blando
viento verde preferido por el trigo,
dientes de león buenas y cobardes, pri-pri de las perdices y pájaros pequeños con nombres tan pequeños que no les caben en el pico.
Lagartos en las lindes como cruzados cuidando aún el campo de batalla, y moscas vampiras molestando a los bañistas y mariposas disfrazadas de gaviotas sumergiéndose en la hierba.
Él hace memoria, no recuerda ningún ahogado mar adentro, en la hierba; hace memoria de la noche de los grillos, de la temperatura que despierta a los murciélagos, la noche querida, dormir en tierra firme
en su cama
morir.
Y aunque a la hermana le dijera que estaba bien de salud en sus dos últimas cartas, la espuma salitrosa le ha endurecido el llanto y bajo el agua se ha perdido la excitación de las conquistas.
Cansado de abandonar el equipaje en puertos luminosos, cansado del horizonte de Ulises, de los delfines, del tuétano de algas, desea no ser libre, dormir en tierra firme
en su cama
morir.
5 comentarios:
Yo podría contarle alguna historia de ahogados tierra adentro. Pero entiendo el hastío de lo cotidiano.
También la arena vuelve duro el llanto y suscita el deseo de dormir en las olas.
Pero esa es otra historia.
Saludos
Muchos quieren viajar, conocer mundo y ser libres y se supone que los marinos lo son, pero al final todos quieren regresar a casa y dormir para siempre en su cama. Muy bonito y triste a la vez.
Un beso
Ogi buenos días.
Hoy me ha sorprendido usted, más si cabe. :-)
Besos
Que bárbaro...
Para que no te sientas adulada en exceso, no sigo...
¿Si el marino no se hunde con el barco es que el hastío es en realidad fruto de la rutina?
¿No es cierto que el mar no es capaz de enterrar nada y tan solo lo sumerge?
¿La vejez es también reposo para el alma?
En fin, que siempre y hoy más...
Un beso, Ogi
Gracias a todos
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