BAJO EL ÁRBOL DE GEORGIA O´KEEFFE -III-
La concha
No necesitas tumbarte en la playa, que el agua alcance vuestros pies, que una divinidad balsámica os favorezca desde el mar.
Te meces en la espiral blanda, en la madreperla que tornasola para ti. Hasta dónde continuará la flecha curva, te preguntas, de su amor, hélice a qué centro como brazos de una galaxia, como remolino molturando tu más poroso presagio.
Así latiría la forma del mar, pequeño bígaro morando en tu tesoro.
2 comentarios:
La espiral, la madreperla me enamoró desde el primer día que las vi y tú lo escribes como lo recuerdo.
Sara
Me enamoraron.
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