BAJO EL ÁRBOL DE GEORGIA O´KEEFFE -II-
Casa I
No lo verías, sereno en la entrada y callado, pero lo sentirías.
Estás plantando las petunias azules.
El mediodía tiene un irse del dolor; su leve eternidad, almena donde eres tan bella con tus gestos, querida. Luz en tu inclinarte a la tierra. Estás plantando el terciopelo sin enigmas. Luz que no surge desde un bíblico capricho sino que burbujea de ti y anega de esplendor amoroso la tierra.
Él observaría tu espalda, tu inclinarte sin miedo, y no le urgiría un abrazo, ese terciopelo confiado. Si estuvieras allí, y si él, y si la casa...
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