- FUEGO
Solamente me quedan tres hermanas
que aún no se han quemado.
La cocina está a oscuras
y el teatro de sombras del hogar nos relata la historia
de un amor:
dondiegos del corazón despedidos
al glaciar de la Luna madurando
en pavesas,
la pena travestida en obra de arte,
los hilos de un aroma
en el robo precoz del calendario
y las corolas delicadas yendo
a la ponzoña gris.
Mis tres mudas hermanas, apresadas
en las enredaderas que suben de la brasa hasta la risa
oscura,
mudan sus dedos largos en las lenguas
que escriben tatuajes sobre la faz secreta de los cuerpos.
Graban despacio el acto
que jamás se pronuncia impunemente.
Ya no tienen pestañas ni aire fresco;
miran, miran la lumbre
y en el rojo sin pausa rememoran un vestigio de amor
de salamandra.
1 comentario:
Empezamos 2010 con los mejores regalos: tu voz añorada; tus rosas de fuego; tu saber estar !Qué don la perseverancia... esta emparentada con la gratitud. Dixit.-
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