ESA MELANCOLÍA DE LA MEDIOCRIDAD
Creyendo que los muertos,
más tarde del legado,
contarían
su memoria...
Pero la muerte
es un recién nacido.
Y afilando las plumas
o mezclando las máscaras,
seduciendo
y una necesidad
de conocer museos
diferentes...
Más tarde del legado,
olvidando la pérdida
de un idioma:
nos hablan
las santas mendicantes,
el manto adamascado
que embalsama la huella
del conde de Castilla;
nos hablan
los relieves paganos
de las cartujas,
la lúbrica inicial
de los beatos...
No quiero que te sientas
tan apesadumbrado,
amor.
Amo tu inmediatez
de niño presumido,
tu consistencia frágil...
Si todo se perdió
no olvides la osadía
tan propia de los sueños,
no olvides a ese gato
que sonríe en el bosque,
no me olvides,
amor,
cuando vaya a nacer
de entre los muertos...
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