Esta segunda parte de FANTASMAS Y CÁLAMOS, tan diferente de la anterior, lleva como referencia, o como pretexto, o como mirada, distintas obras de pintura china en distintos períodos artísticos. Autores con nombre imposible que, deslizándose en su pincel, muestran un cierto acuerdo con el mundo, una sutil elegancia y una complacencia inteligente para el entorno natural.
En cuanto a la música, piezas del país de Catay alternándose con mis preferidas de Pat Metheny
Montes azules
El anochecer entra en la casa
de los besos de los manzanos.
Ya no insiste el calor,
su garra dorada retrae
el arañazo en la retina.
Tan lejanos y cerca,
disponen su antigua cintura
para tenderse sobre el lecho
de la oscuridad.
Una joven de dieciséis
años, miradla, está encendiéndose
con una piel frutal; es ese
muchacho
de ojos de monte azul
que al abrazarla estrena limpios
yacimientos.
Elevaciones cada vez
más sabias y cansadas
guardan en su reposo frutos
que no ha de herir el tiempo
con su filo.
8 comentarios:
Como esas culturas orientales son en realidad tan lejanas, está bien que nos ilustres en ellas con tu particular mirada.
Besos.
¡Hola Ogigia!
Hacia tiempo que no venia a tu blog y me he encontrado con la maravilla de estos poemas, de estas pinturas y de una música tan sutil y misteriosa...¡me gusta!
Me he ido al inicio de Fantasmas y Cálamos, y el poema que me impresionó fué el número IX de la primera parte.¡genial!
No tardaré tanto en volver. Besos
Te leo y también te mando un beso chino.
kuko
Mira querida amiga... tú disfrutarás escribiendo, pero no tanto como yo leyéndote.
Cómo me encanta este libro! Ya sabes... mi lado oriental : ))))))))
Jade
preciosa la melodia, me ha encantado y los poemas también . Besos!
Ogigia, siempre es un placer volver a descansar en tu blog.
Una delicia toda.
Con tu permiso, te enlazo.
Un saludo
¿Un fértil encuentro?... ¡Que maravilla de música, también!Para un sábado lluvioso...
Que disfrutes del fin de semana
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