- © August Macke
Ninni,ninni, jáhanum. Eduardo Paniagua
Oh,madrecita mía,
no dejes que me lleve esa mujer de ayer,
con sus plumas de pavo para hablar de su hijo.
Dicen del poco aliento del tiñoso muchacho
y yo quiero tocar el rizo ensortijado
de mi sedoso amor.
Le ofreciste la carne jugosa del skbaj*,
sus labios se mancharon, glotones, del aceite,
después nueces peladas, preciados faludhaj**.
Sus uñas semejaban tener hambre de siglos
y el ruido de su boca era como el sonido
de las pesadas muelas del molino de harina.
Sonreía añorando los mizcales de padre;
ella supo muy bien alabar tus aljófares
pero erró en tu dulzura.
¿No ves que ella desea llevarme encadenada,
que regale mi vida para su hijito enfermo?
Ya no veré las calles ni bajaré hasta el río
ni cantaré casidas de celos por la luna.
¿Y qué dirá mi padre al saber de mi entrega
amorosa a otros brazos?
Yo seré tu vergüenza y no querrás mirarme.
Pues que ya soy casada con un nombre secreto,
hermano de una estrella.
*Estofado persa **Dulces
- © August Macke
Le regalo a mi madre
los primeros capullos de rosas de Turquía.
La fiesta de Nayruz*.
Mi madre me responde con un bello rubí:
Es la gota de sangre en los labios
que mordieron mi mano en los juegos nocturnos.
La fiesta de Nayruz, día de primavera.
Se adelantó mi cuerpo a su llegada
y una helada aguja fue de agua tierna.
La fiesta de Nayruz es el momento
para doblar la aljuba que abrigaba
en el baúl de invierno.
Y la luz dibuja en los azulejos
jardines hechizados de color.
Seré rosal florido y la ansiosa abejita
se acercará a libarme
para la miel dorada del placer.
*Fiesta de primavera
1 comentario:
Feliz primavera, poeta :¬)
Publicar un comentario