viernes, abril 21, 2006

11 en la fotografía, en el poema

© Ricardo Martín

Tierra adentro
el mar en su ola detenida.

Como si Ulises
la visitase y el mar quieto
supiera que el tiempo zarpea
en las playas de los muchachos,
arrogantes con su hermosura,
y en esta costa de tierra adentro
sin gentileza ni descanso.

La ola detenida. Una joven
que siente al héroe llegar,
ya lo ama, lo está despidiendo
antes de mirarse en sus ojos
y descubrir ese delirio
de los países intocables.

Tierra adentro, donde hay mujeres
descifradoras de lo azul,
del índigo al violeta, añil;
garzo en abril, es casi verde
el mar.

Donde hay mujeres
reclamadoras de la lluvia,
que caiga el mar, cantan bajito.

Y la ola detenida trae
un don. Ulises se distancia.

Por fin se mueve el cielo.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

Ah, tierra adentro, ¿hay también mar? ¿Es posible navegar tierra adentro? (los ojos como velas al viento). Y Ulises, ¿vendrá a mirarse en esos ojos?

Siempre un placer leerte.

Besitos.

almena dijo...

Estoy deseando tener el libro conmigo, Poeta.

Besazo!

Anónimo dijo...

cuantos heroes,,, y muchachos en las playas, cuantas cosas dice un cielo.aledingue , que paso por tus cielos.

Leodegundia dijo...

Acabo de leer y contemplar las fotos de los post que tenía atrasados, como siempre un placer leerlos y unas magníficas fotos.
Siento que tengas problemas con mi página.
Un abrazo

Anónimo dijo...

He pensado en esas tierras de mar adentro, con vocación marinera... que "descifraron" rutas de azul el el cielo, en los que se fueron en busca de su Itaca.
Un besín

Solo en la Oscuridad dijo...

Hermoso, como he disfrutado en silencio de tu espacio, de perderme por instantes en tus letras, de sentir en tus imagenes.

Que deleite, que hermoso.

senda de luz dijo...

Cuantas olas en el firmamento infinito...

allá en el roce de la brisa en mi ser...

olas de colores y olores llenos de fragancias...

fragancias de la Tierra

abrazos

Anónimo dijo...

Alguien, tierra adentro, dibuja caminos de ensueño y me presta navíos solitarios por cielos en calma... Amiga no cejes en tu empeño y sigue embrujando mi noche con tu luz!

Desde la proa y los recuerdos... un abrazo! Endevant!

Xavier

Anónimo dijo...

Si desaparece antes de tenerlo, no queda pues lugar a la certeza, su esencia reside en el deseo. Hay quien descifra lo posible aunque nunca suceda. ¿Ellos también recordarán su Itaca?

Un beso, pero para nada inmóvil, Ogi.

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Jardí­n al mar 1605 Blog de poesí­a y otros textos Ogigia María Antonia Ricas
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