
© Ricardo Martín
Primero surge como el ala
de un ave enorme contra el frío
de febrero.
Es éste el mes de la visita
que se acomoda en los almendros
y cree que el alma es un pétalo
leve.
Primero aflora aleteando,
dando aire a la escarcha, entibiando
sus diamantes.
¿Oyes
un crotoreo de cigüeñas
nerviosas?
Las he visto arrancar agujas
de los pinos y remendar
sus nidos en las espadañas.
Las he visto envidiar el ala
del cielo: se atusan las plumas,
flacas se pavonean, blancas.
Primero empuja su silencio
emocionado y luego crece
vegetal de esperanza, incauta,
joven con sus huesos.
Y, aunque en mi corazón se empeña
el hielo, ella no detiene
su regresar de las raíces.
Y es que jamás estuvo muerta.
4 comentarios:
Ogi querida. Poetaza. De nuevo aquí, en esta fiesta de cielos y poesía.
Pura delicatessen.
Besososossssss
Me sorprende como enlazas poemas y fotos. Musus!!!
Esa nubes parece que sean las alas del viento.
Como siempre la foto va en buena compañía, un bello poema.
Un abrazo
Que magia para tus letras engalanadas con las fotos que la acompaña.
Hermoso
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