
(*) F. Germain
LA RELIGIOSA
¿Cómo podré besarlo hasta morderlo
si su nombre
es un dios que no se pronuncia porque
no tiene templos
donde hacer de su carne
vino y pan, hematíes que se vierten
al músculo sabroso?
Oh, qué quieta
yo me hubiese quedado al conseguirme,
qué deliciosos chicos
hubieran envidiado su montura,
su despejada frente en mis mandíbulas
y luego estar hambrienta por abajo.
No odio el azar del ansia
mientras me enrosco en mi capullo y duermo...
Será en la primavera cuando diga
su apetecido nombre,
cuando se paralice y me suplique:
“cómeme
para que continúe este misterio,
bébeme
para que no te sacie mi regalo”.
6 comentarios:
¿dónde vas caperucita?
jajajaja, triscando por el bosque
El toque freudiano endulza un poco tu sacrílego poema... Pero me gusta, para variar...
Un beso, Sor Ogi
jajajaj ¡jopetas, "Sor Ogi" !
Querido desconcido-ida (tipo Sra. Francis) ¿ No se percató usted del matiz del título "religiosa", mantis religiosa? Además , hace bien en llamarme "soror" porque pertenezco a la regla por la cual Sólo muestro mi dios a quien conmigo va....ejem...
¡huys, qué digo "desconcido-ida"!! si es mi querido blog sin hombre...
Publicar un comentario