- EL OUSE III
Carta a Vita Sackville-West
Mi querido Orlando:
La claridad del alba es una luz enferma y los primeros pájaros disponen del azar canturreando en griego, anidando sin pausa, sólo el tiempo preciso para traer al mundo pequeñas criaturas no de plumas o amor, listas en el viaje de la ausencia.
Tú aleteas feliz con tan esquivas aves. Arrancas de las rocas marinas valvas duras que esconden una perla, la despiertas, la ríes.
Sigues el curso lento de las rutas sasánidas, empujando a la vida tigres enormes, rojos, de perdidas ciudades, con seda hecha de versos, con lúcida malicia...
Envidio esos lugares que al gozo se te ofrecen.
Mírame a mí, me escondo tras las dunas que el viento de la muerte moldea, tomo el té con las voces locas de mis heridas y me siento de blanda textura de molusco buscando el sol, la tibia claridad que me sane.
Ya no sé si aprisiono en la espuma la tinta o, absorta, me detengo a mitad de una frase mirando el convertirse lo innombrable en deseo, su sintaxis en agua.
Me duelen los amigos dormidos en actinias; me duele que tú quieras vivir y yo no acierte a invitarte en mi amor. Me duele que mi Nessa fácilmente recoja colores aún hirviendo y sin color retrate mi gesto tan huidizo.
Más que volar me siento perdida sin anclajes; más que ser libre, el caos aventa mi escritura.
Donde quiera que estés, contén mi enfermedad, el no volver al tiempo de todo recogido suavemente en mi madre.
Me he dado por vencida; a tu regreso busca lo mejor de mi sueño. Y al patinar, preciosa, sobre el hielo lascivo me verás sonreírte bajo el hielo, tranquila.
Recuerda que te dije que te quiero, recuerda que las olas vendrán con cartas en mi nombre.
Pienso en el ser muriéndome. No hay miedo en mis frutales.
Por las dunas redondas de Rodmell se levanta el alba con que inician su viaje mis pájaros.
3 comentarios:
Maria Antonia:
Has captado en toda su magnitud ese estado de espíritu acosado en que vivió en los últimos meses de su vida. Advertir esta circunstancia no quita ni pone a la apreciación que todo amante de la literatura suele tener sobre su obra, cuya grandeza deslumbra en esta carta tuya -y tan de ella- con todo su esplendor, fortaleciendo, quiéralo o no el destino, un vínculo entre la autora y quienes sujetamos como podemos -destartaladamente- el edificio de nuestra vida. Lo que estás haciendo aquí, vistiendo piel de otros, es realmente impresionante. Impresionante, y original...Y en cuanto al resultado, uf, qué voy a decir, qué voy a decir...
¿Podría colgar esta carta en Cartas en la noche?
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