Una escama varía, un árbol se enceniza porque el rayo no escoge el manto de las fresas; una larva que pierde el equilibrio y cae,voladora una piedra revelando alacranes, jabalíes hendiendo cansadas embestidas.
El tordo se desplaza con granos iniciales, la zorra redondea su excremento con bayas; en la camisa crújil de la culebra se aman las lombrices, los mirlos trinan indiferentes sobre los cuerpos muertos.
Como si comenzara de nuevo la memoria, como si no murieran,
ni acritud, ni agonía.
1 comentario:
Ni acritud ni agonia, ni penas ni olvido.
Miraba ahora abedules.
Sara
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