- Esta extrañeza con las cosas,
esta pregunta madrugando
como si viera por primera
vez y no acertara a decir
cuánto del mundo circular
y arisco se desliza
a la música enamorada
con tu atención.
Escucho a los pájaros
del río aclarándose,
urgiendo su apetito, yendo
en el amanecer de mayo,
percibo el aire fresco y fino
sin dudas: llega, envuelve
la existencia pausada
del magnolio
y van y vienen seres tristes
a su trabajo y su amargura
y van y vienen los que están
tranquilos, comprendiendo
señales.
Esta extrañeza
como si naciera y me vierais
desprotegida,
una niña desnuda
e ignorante…
Sí, soy esa niña surgiendo
de su sueño pueril
y de su olvido,
y me otorgas un nombre,
dios, y me regalas
tu país,
señor amado, azul, marino,
día.
Sí,
me das un nombre que me abrigue
y en su palabra cierta,
apasionada,
están todas las cosas.
4 comentarios:
Y me otorgas un nombre....y me presentas a mil pintores,Clitos del Aurigaa sus rosas en través de ti y..todo.¡ y mucho más.
Sara
Las rosas, naturalmente en verde.
S.
Qué ingeniosa palabra: madrugando. Y qué precioso y preciso el poema... parece una oración. Si la mística existe, se parece a este sentir; Toledo y Tú. Dixit.-
...
"y van y vienen los que están
tranquilos, comprendiendo
señales."
...
Te diría algo,
si fuese necesario.
Besos
Polov
Publicar un comentario