Este metal hecho de ausencia
se deshace en mis manos
y de dureza y frío y filo
se vuelve raso como calma
caricia empapando mi piel
con su soltura.
Atraviesa mi concha,
donde nadaron salivillas
ácidas desova, se aloja
en cualquier carne de aflicción,
en cualquier pliegue riguroso
que no sea alearse bajo
su deseo, bajo su intruso
deleite
de precioso metal que nadie
escucha.
Y consigue el lado lunar
de mi piel,
consigue dentro derribarme
el orgullo, domarme el alma,
me atrapa, interno, hasta humillarme,
hasta ser yo su nido,
y cuando me ha habitado y mueve
el pulso que me asiste nada
tiembla, nadie lo percibe.
Y vuelve a endurecerse, vuelve
a su oro hiriendo mientras me ama,
enjoyando mi sangre,
regalándome vida.
4 comentarios:
Me temo que no es cosa de las fuentes. Veremos.
Hasta ahora, mi reina.
Kit
!Qué contraste tan extraordinario de imágenes! Las palabras... nieblas tibias de verano; pareciera que flotaramos todos dentro.Dixit.-
y tu regalándonos poesía ;)
Y tu poesía y...esa música y una pintora nueva para mí ¿qué mas pedirte? O mejor ¿ qué te podría yo dar?
Sara
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