Mi aportación para este número fue diversa....¡y abundante!
En primer lugar, la colaboración en el homenaje colectivo para Garcilaso.
Ahora, en la distancia, estos sonetos se acercan a los caballos azules de Franc Marc (1880-1916) y nada más apropiado que la voz de Amy Winehouse...
¡ Cómo se habría perdido Garcilaso de la Vega por ella!
- Tres sonetos para la figuración del amado
I
¿Cómo sabré de amor si la distancia
que hace horizonte el nombre de mi amado
me empuja hacia el deseo trastornado
de morir en su nombre y su arrogancia?
¿Cómo sabré de amor si la ignorancia
del amor por mi nombre enamorado
me duele en un amor invertebrado,
inválido de amor y de constancia?
¿Cómo sabrá mi amor si no le digo
mis palabras de amor y la ternura
de mi amor convertida en un castigo?
¿Cómo sabrá mi amor si la dulzura
del amor que me nombra y va conmigo
sólo afruta el silencio, la amargura
de una distancia oscura?
Porque este acerbo fruto del dolor
es el nombre imposible de mi amor.
II
Él es mi amor perfecto.Su mirada
me da a beber del alba y me estremece,
me aviva de la sed donde se mece
el río de su luz, su voz callada.
Él es mi amor perfecto. su mirada
me cubre de humedad y me enternece
cuando me alcanza el alba que carece
del agua de su luz, clara y delgada.
Y sólo con mirarme me imagino
como amante perfecta que, a su lado,
hechiza el agua y la transforma en vino
y se lo da a beber de su costado,
volviéndose cordura el desatino
de alimentar el agua del amado.
III
La perfección de la pasión que siento
es este nuevo mundo que inauguro
al olvidar mi sangre y mi futuro
y,ligera, viajar al pensamiento
de mi pasión por él: todo mi aliento,
todo mi lado agreste y más oscuro
fertiliza un planeta que procuro
acoja mi semilla desde el viento.
Tan sólo una semilla apasionada
que haga crecer los bosques, la tormenta
y qu la lluvia ocupe su mirada.
Tan sólo una semilla que se aventa
perfecta, apasionada y endiosada
con el fuego de amor, su lumbre lenta
cuando mi amor consienta
en conocer mi mundo aventurado
y en cautivar su gozo enajenado.
- Tres sonetos para la presencia del amado
I
Tus ojos, que conocen lo que he sido,
la batalla sin ti, la cruel victoria
de una edad construida con la escoria
de un corazón cansado,breve, herido.
Tus ojos, que derraman el sentido
de mi ebriedad en ti, como la euforia
por contenerte en mí, como la gloria
de otra victoria azul que me ha vencido.
Tus ojos manteniendo mi mirada,
indudables de mar donde naufraga
mi azulidad de amor recuperada.
Tus ojos sobre mí, mirada vaga
de otra luz que no sea tu mirada,
el vino azul más denso que me embriaga.
II
Tu voz me otorga el nombre que alimenta
mi voz, mi risa, azules minerales
que me alejan de signos de mortales
ciénagas del dolor que desalienta.
Tu voz me da la lluvia que sustenta
territorios de amor donde animales
azules como besos vegetales
me regalan el agua que me inventa.
Tu voz para mi boca, pronunciándome,
otorgando un sonido articulado
que azulea en tus labios rescatándome.
Tu voz para mi nombre de azulado
tesoro de tu voz enamorándome,
descubriendo mi voz, tu nombre amado.
III
Sí, contigo, de azul que miente al día
del color de la muerte, a la escarchada
lividez del dolor cuando la helada
ausencia de tu cuerpo me extravía.
Sí, contigo, celeste mi alegría,
mi cuerpo garzo a fuerza de esta amada
tintura del amor, la fuerza alada
del intenso color que antes me hería.
Estoy contigo azul, estoy viajando
al cristal de la noche que madura
sobre tu dulce piel; estoy hallando
contigo una canción sedosa, impura:
tonalidad de llama que, arrasando
mi cuerpo, me ilumina y procura
la mañana futura.
Contigo, con el aire y con el mar,
contigo, azul, vistiéndonos de azar.
1 comentario:
Una delicia leer y releer estos sonetos.
Buen fin de semana.
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