- Pájaro-Frida
En los últimos días del verano
le descubro en los ojos la edad de las iguanas.
Cuando el verano dice que se da por vencido
y en la plaza del Zócalo
las vendedoras tiñen de naranja sus flores,
yo amo a Diego Rivera.
Yo amo a Diego Rivera
porque hubiera querido ser ave migratoria,
regresar al invierno
con aires de viajera que conoció las islas.
Él me recibiría complacido
-y la casa arreglada- susurrándome:
¿No me vas a contar
si bebiste del zumo de la pasión del cactus,
si conociste el ansia del jaguar en tu lengua,
si tan sólo una vez gritaste Diego?
Yo lo miro y descubro la edad de las iguanas;
en su mirada roja hay un tiempo viejísimo,
un tiempo de serpientes voladoras
cazando los deseos de la noche,
mordiendo el corazón de los guerreros.
Yo lo miro pequeña y desalada y pinto
sobre mi cuerpo roto
una raíz intacta de su gusto,
un mínimo fragmento de muslo tembloroso
y doy color a la cuevita breve
por si viene cansado de besos verticales.
Yo lo miro y comprendo
que este dios tan antiguo
no se perdió de amor, nunca fue humano.
1 comentario:
y vuelvo y vuelvo porque leerte me despierta ;)
BabiaS
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