RECORDANDO A E. D.
I shall not live in vain,
me murmuró vestida con el blanco
del momento de adiós, de algún papel
extraviado que a nadie preocupa.
Cómo me reconozco en su inclinarse
hasta el silencio del último día
de verano,
cuando me dijo que estuvo escuchando
el grito de los patos en el río
y luego hubo un momento
donde creer en el futuro fue
terrible.
Cómo me parezco a su doble vida
de vela secreta para un amante
que no volvió su cabeza ni dijo
“aguárdame”
y el jardín descuidado de los niños
que ya me ven más vieja que sus madres.
I shall not live in vain,
me murmuró alcanzando la virtud
de lo invisible.
Ella ayudaba a un petirrojo al nido,
yo acerco caracoles
otra vez a sus hierbas.
2 comentarios:
Después de todo sólo nos salvará la belleza así que vengo aquí cada domingo a tomar fuerzas para seguir el camino con alegría aunque sea momento a momento.
No hay escusas para no seguir disfrutando `por mucho que "esté cayendo".
Sara
Como captas el instante hirvanando los recuerdos... qué dificil juego de equilibrio (re)construir con la palabra una mirada y hacer que sea posible sentirla, ligarla para siempre a todos nosotros y vislumbrar un futuro ahí; tal vez eso sea la poesía, solo eso aunque no está al alcance de todos lo que escriben...la. Tocada estás con su varita mágica. Dixit.-
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