Ínsula dulcamara
Con el fondo verdosoazul
de las algas cerca, acogiendo
cuerpos pequeños de caídas
y renuncias...
Hay vegetales breves, nidos
donde entibiar últimas formas
de la ternura, vegetales
menudos, casi alas de mirlos,
rizomas y su morada
gota
de acritud.
Hay una certidumbre silue-
teada que aún no lacera
pero está hundiéndose en la carne,
hoja de helecho comestible,
dulce don transitorio, dulce
repuesta.
Ven
a
la isla,
sostenme el tiempo, ellos se marchan
y no quiero, no, yo no quiero.
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