Hembras del icneumón que ponen huevos
en las orugas vivas.
El viento vuelca especieros de lluvias
y cuando atempera su paladar
piso descalza charcos,
superficies de cosas.
Esto es la primavera.
Se comen desde dentro el jade tibio
de las orugas, diablos diminutos
y siempre estuvo así.
No, no consigo
mantenerme en lo seco.
Sobre los dedos de mis pies, las setas,
mujercitas
que si las miran gimen una lágrima.
Esto es la primavera, dice el cuco
y lo propaga el viento.
En mí, por fin, las lunas con el agua.
1 comentario:
Desde este desierto verde, atormentada y violenta, pero maravillosamente verde de El Salvador, escucho a C.King y recuerdo a una
Mariantonita que hace días conocí en una aldea de las montanas de Chalatenango.Es una nina de unos diez u once anos que escribe cuentos en la más profunda de las pobrezas. Mis lágrimas asomaban cuando la escuchaba y aparecían las Mariantonitas de mi vida.
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