
Si dejo de escuchar con la mirada,
tumbada y nunca muerta,
un oficio de mar
acompasa sus olas en las ramas
y, tierra adentro, barcos,
griterío de un puerto, oblicuos
mascarones impacientes.
Me deslizo a las islas
donde no se contagia
el residuo de la melancolía,
donde no se sabe llorar,
dolerse,
manutención temblando.
Hay un estar viviendo
lo presente,
hay un exceso para nada
de los giros más bellos que las damas
suelen trazar con sus sombrillas.
Tierra adentro,
muy dentro, el viento de los árboles,
mañanas de la espuma,
veletas en las velas reidoras
3 comentarios:
un exceso paraa nada
mmmm nueva imagen para la POESÍA
feliz finde, querida Ogi
izadas las velas, otra vez un placer asomar ;)
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