JADE
De la sustancia de un dragón aletargado en la penumbra
nació el ailanto y, del ailanto, desde su savia sin fatiga, esta piedra no piedra verdelago,
este lechoso verde intacto.
El dragón buceaba en lluvias intratables mientras buscaba una armonía musical para el mundo;
se escondió en una cueva, desfallecido por no hallarla y, de su sueño sin final, brotaba el díscolo arbolillo que crece en los lugares donde no crece nada, negándose
a morir.
Y de la esencia de su tronco imparable, flexible pues quisiera ser música, surge el verde acogedor, el verde
abril.
Si lo tocas es tibio,
si lo miras contiene fibras vegetales viviendo, verde primerizo, verde de tórtolas y nidos, el verde creador.
Porque guarda los sueños
del dragón de la lluvia llena de oxígeno, porque guarda la melodía nutritiva, la terrestre canción del árbol del cielo.
3 comentarios:
Los colores, todos los colores, están de fiesta porque los nombra tu poesía.
Beso!
Me gustan los verdes con todos sus matices, gracias por enseñarmelos con tus ojos
Un Beso
Lun
verde que te quiero verde
;)
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