© Ricardo Martín
Campo, campo, campo.
Entre los olivos,
los cortijos blancos
Antonio Machado
Si se despierta y se despliega el animal
y a una llamada suya la varea cunde
quiero pertenecer a esa piel de apariencia
hostil, comarca poco dada a los halagos,
olivera criatura que no agasaja
en nada
salvo en su sangre vegetal untuosa y fértil.
Quiero llamar al aguacero sobre el ocre
corazón de las lombrices y no amedrente
el trueno sino abrazar del agua, cariño
de los austeros, de los que huelen aún
a mejorana.
Que me llame el animal, que estire mis ojos
hasta el castillo de Almonacid o la raña
por donde huyeron los príncipes tatuados
de verde.
Y que no me entretengan angosturas. Nadie
me demore, que voy al animal, me voy
de aceite.
Antonio Machado (1875-1939) La estrofa que da título pertenece al libro “Nuevas canciones”
6 comentarios:
Hola Ogi, la verdad es que si Ángel González me pierde... Machado me resucita y tus versos son óleo para los sentidos.
Un besín
:D Qué de aceite y que agreste son los olivares, y la gente de la oliva, curtidos y curtidores.
Tus poemas a veces me recuerdan a este autor.
Un besote!
Otro buen poema para acompañar la nueva foto y además con introducción de Machado.
Un abrazo
De instinto y de raza, ese animal, que así lo llamas, azotado todo de golpe que, sin embargo, también llora, quizá el único cuyas lágrimas el hombre ansioso recoge.
Pervive su densidad, de la tuya ni hablamos.
Muchos besos, Ogi de Castilla.
quiero de esos "de los que aún huelen a mejorana".
Poemas de altura. De mucha altura. Enhorabuena.
(ah del castillo!!)
:-)
Gracias por compartir las palabras de Antonio Machado, perdiendome en el horizonte de la foto y disfrutando.
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