
Signos amarillos
Aún no sabes cómo me llamo?
En los fríos bajorrelieves
de los epitafios se ensancha
mi nombre, sube desde el río
donde estuve nadando klee
con mi padre, y he repetido
la canción del vilano cuando
en septiembre pedíamos
higos melares a Eme A.
¿Aún no sabes cómo me llamo
si vuelvo la cabeza incluso
al nombrarte?
¿No sabes
cómo me llamo si las runas
de mi hechicería se acercan
a palabras cundiendo en ti
y en la ciudad?
Mira,
con las rótulas de mi nombre
hago del tiempo y de su diente
un juego.