- Cuento
I
La princesa
nació durante el tiempo de la caza,
cuando los crisantemos equivocan su orgullo.
Nació porque el azar es una incomprensible criatura
que nunca se confía.
Sus padres eligieron, para su nombre, nombres
del oro y minerales
que sueñan los esclavos del descanso.
- Te llamaré la aurora y su promesa,
dijo su madre.
- De acero, de jubilosas conquistas,
dijo su padre.
Y levantó su mínimo cuerpecito a la luz.
Y hubo una sola fiesta de cariño;
engalanada plaza de reyes y de lluvia
para que no faltara ni el trigo ni la leche
ni el algodón en los cuerpos hambrientos.
Vinieron los espíritus
que regalan la suerte y su moneda.
Señales en las nubes, águilas positivas,
y tres encantadoras como si tres virtudes
pudieran convencernos, bailar como tres gracias.
El sol en la colina del laurel.
El aire igual que el mar.
Y nada que contenga una palabra oscura,
ningún presentimiento
ni ninguna mentira.
II
Pero anduvo la Luna la noche, acechadora.
La Luna o la mujer o La muerte en los ojos
o Diana cazadora sorprendida.
No recibió un presente de rosas confituras
ni contestó al mensaje que nunca fue enviado.
¿Qué insalubre lesión es el desprecio?
¿Qué venganza responde al desatento olvido?
Llegó cuando la fiesta era confiada,
cuando se presentían nomeolvides azules,
cuando se piensa en bodas y en regalos.
Y enmudecieron todos,
la lluvia,
los guerreros,
las arañas de luz.
- Serás Indiferencia,
te llamaré el ingrato
dolor de los que pierden la alegría,
te quedarás despierta
llamándote Penumbra -,
gritó al desvanecerse la Luna sobre el agua.
Nadie supo romper la maldición
de la melancolía.
No se la vio crecer a la hija del deseo.
Y nadie entró en el bosque
ni derribó el castillo de maleza.
Pisoteó el rebaño de elefantes
la tienda hecha de día
y la princesa tuvo
su momento vulgar de desatino.
4 comentarios:
Precioso el cuento y la escultura de mi maestro Paco.
Un beso.
Bella y con un destino durmiente...
Me gusta, mucho
Un besín
Me pregunto... ¿cómo puede Ogigia sorprenderme así en cada poema?
:)
Besos muchos, guapaaaa
A las duras y las maduras, así como reza el refrán, que la vida tiene siempre tiene dos caras y no por ser princesa y desear todo lo que no es luna habría de llegarle mejor recompensa. Todo es herida cuando no hay cura. En eso consisten la inmortalidad y sus efectos.
Me ha gustado demasiado, un beso, Ogi.
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