PABLO SANGUINOPereza
Me resulta cansado dar una explicación, por qué me gusta convivir con objetos silenciosos y no tener que conocer la prisa para buscar un hombre que me cuide.
Antes era muy joven y muy crédula, el tiempo se ponía de mi parte, bandadas y bandadas de aves impetuosas levantaban mi vuelo... y ¿qué era yo sino reciente manantial, burbuja enamorándose?
Me resulta cansado salir por encontrar una respuesta, llegar de madrugada sabiendo que aquello que la noche prometía fue menos que un señuelo, llegar de madrugada con la boca dolida de tanto sonreír a los fantasmas.
Prefiero no vestirme los domingos, viajar por el pasillo de mi casa, nadar hacia las islas aún con sus poblados sin rendirse.
Prefiero no mirarme al espejo y soñar algo mientras transcurre el día calladamente dulce y perezoso.
6 comentarios:
Sí, así me ocurre a veces...
;)
Besos muchos, guapa
¡Qué sensaciones más exactas!
Se llegan a añorar cuando demoran su regreso, a respetar cuando tardan la partida.
bendita pereza, aunque la mía sea la de los lagartos al sol - ojalá-
Hola Ogigia. Lo cierto es que alguien me dio esta dirección y me encantó la priemra reflexión que he tenido la suerte de leer. Transmite muchas cosas sin gastar palabras: ya alguien hablaba de que una de las metas de quien escribe poesía o prosa poética era expresar la difícil sencillez de lo auténtico. Un abrazo. Y sigue escribiendo. Poeta del Alba
Que cercanas siento esas sensaciones de credulidad y desengaño.Qué precisas como siempre las imágenes.
Un abrazo
Supongo que llegados a cierta edad esa pereza nos asalta a todos y no nos sentimos con ganas de dar explicaciones ni somos ya tan crédulos como antes.
Un abrazo
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