- La habitación roja
Extraña
al pasaje del equinoccio
en los almendros, a la curva
de la mañana en las paredes,
distanciada,
arropada con el tejido
denso del secreto de flores
bajando para contener
el frutero, la nitidez.
Me pierdo en la forma
de las ciruelas amarillas
rodando en la mesa.
(Un don encarnado ilumina
internamente el equilibrio)
Y soy yo,
bisbiseando a los licores,
repartiendo calma a las frutas,
quien aleja voraces dientes
de este día… nada
se precipita al fin del gusto,
nada abatido de las sillas
de enea.
Sentaos en la luz, les digo
a los fantasmas.
6 comentarios:
sentidos puestos en el viento, el aire, el color de la vida..y el pasado saliendo a la luz..besos.
Me gusta, muy bien conjuntado con el cuadro.
Un abrazo
Sentaos en la luz... ¿Hay algo más valiente que ordenarle a los fantasmas propios salir de entre las sombras?
Me encanta el último verso de tu poema, Ogi...
Me gusta especialmente este cuadro y esas pinceladas rojas que realzan los versos.
Un besín
Beso, querida Ogi, querida Poeta.
Qué bien sigues dibujando con esas pinceladas de palabras...
Un beso.
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