- La Danza. 1930-1933
En la bacanal de los brazos
hay un instinto que desdeña
la habilidad de la pureza.
Comienza una polifonía
de ciervas listas para el salto;
se fuerza la torsión
de las cinturas, se levantan
las piernas, se revela el sexo,
la redondez, las pantorrillas,
el sudor que deshaga
las trenzas,
que desmaquille los gemidos.
Dadme, mujeres,
dadme de ese bocado, dadme
la música que hierve, el jugo
del placer del instante: el héroe
de la razón está perdido.
Sólo mana una danza,
sólo sed.
2 comentarios:
Calidad y calidad. No se puede ser más elegante... Poemas, maravillosamente escritos. No se puede ser más elegante, amiga; dixit.-
Hermoso.Bellamente estructurado.Gracias por compartirlo.-
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