
Tres platos de la serie Pájaros III
Si fuera hierba y tú la tibieza
del agua oscura. Todo mi cuerpo:
movimiento del tornasol del verde
hacia la gruesa gota exquisita
de índigo que tu labio me muestra.
Si aprendiera a volar y tuviera
el aire amarillo de tu rostro,
me dirigiera como un instinto
o dardo en la atmósfera
del planeta donde morir…¿ qué
palabra es palabra sino abrazo?
Y fuera por los arcos del puente
y viniera trayéndote briznas
rojas de los que enseñan heridas
igual que el sabor de las granadas.
Si esa palabra mía vidriara
pedazos de comida del plato,
o tus secretos fibrosos o
aprendiera a volar y del nido
del miedo empujara huevecillos
tristes como hace el cuco.
Y fuese verde en ti, deslizara
mi cabeza y mi vientre y mi sexo
al agua del añil amoroso.
Y me cruzara, me detuviera
en el instante de recibirme,
de incorporarme en ti, de perder
todo.
2 comentarios:
...¡¡¡¡!!!!
Dios santo¡¡¡
Qué poema más hermoso...qué final...que poema...
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