Tumbarte, ver pasar los barcos,
retrasarte en el tiempo. Barcos
blancos marchándose.
Hoy el azar se balancea
allí arriba, en la balsa. Estás
disfrutando de tierra, espalda
en lo mullido. No te inquieta
un entusiasmo deslumbrante,
no te desasosiega el miedo
ni el amor desdobla el pañuelo
de las argucias.
Sin yacer ni erguirte doliendo,
sin poseer algún secreto
que amenace.
Un fleco del futuro, un guiño
de la memoria.
Calisto, desde el solejar,
ve pasar los barcos. Calisto,
el de Azorín. Y tú, tumbándote.
Siempre los mismo barcos,
tan distintos.
7 comentarios:
snif... qué bonito!
Así son las nubes, unas veces parecen barcos y otras animales que pasan a todo correr, siempre igual y siempre diferente.
Un abrazo
Me desarmas con el simbolismo, Ogigia, con la plasticidad de tus poemas, acero toledano sobre ese cielo de filigrana...
Un besín
Siempre los mismos barcos, escenas que se repiten. Un jardín, un halcón y dos jóvenes. El ciclo de la vida.
Calisto, cuarentón, viendo pasar la vida. Todo fluye, nada permanece. ¿O sí?
Bello poema.
Un poema muy gráfico....se complementa perfectamente con la imagen :)
Musus
Ver donde esta benevola marea nos lleva...me encanto "Siempre los mismos barcos, tan distintos".
Gracias por tus palabras y un placer estar por aqui
nunca vi las nubes como barcos , pero si como flecos , tanmpoco de memoria,pero esta muy bien realcionado.:) , quedaran genial con las fotos en grande, Manuel.
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