El mensajero se detiene por un instante antes de hablar.
Venía del resplandor de las islas, de los miedos en los cruces de caminos, de los mercados y la suerte, de las calles de tu ciudad por donde escapan los ladrones.
Interpretaba a los extranjeros y una leve sospecha se trazaba en sus rostros tras los pactos.
Las serpientes del kerykeion no acababan nunca de trenzarse.
El mensajero piensa cada palabra antes de hablar y elige una que se desvíe a la verdad y a la mentira, otra que golpee amorosamente con su mal, y para la última escoge un filo que penetre fatal y limpio y que su herida no se cierre nunca.
Ellos son terrenales y aún no atienden a los avisos.
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Tu padre, que conocía bien el fuego y los metales, te llevó de la mano al Museo del Prado.
(La foto me recordó el cuadro de Velázquez, cuando Vulcano está a punto de recibir la visita del Mensajero, del engañoso e inigualable Mensajero)
7 comentarios:
Buenos días, Poeta. POETA.
También veo que al fin Merlin está ya presente en el único sitio donde aún no había entrado! ;-) ¡bien!
un besooo feliz fiesta
...y aquí estoy,y siempre aprendo...
Un besín
Ojalá que los mensajeros nunca dejen de sangrar palabras.
(Me encanta el retrato central que pusiste).
Un abrazo.
Hola que tal?, chévere el blog!, nos leemos, saludos,
JD
Me gustan muchos las fotos que estas poniendo en estos últimos post porque ilustran perfectamente los textos.
Y el cuadro de los gatos negros es precioso.
Un abrazo
Si, la foto tiene un aire al Maestro Velazquez. y la imagen de los gatitos me gusta, tiene un aire de grabado japones. De quien es??
Musus
(P.:D.: Y no soy mitómano...como úserlo, si ya sabemos que Elvis aun vive!!!) :P
Los mensajeros: Vivir sin ellos, fatal, pero con ellos...
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