
- "Cómo llenarte, soledad"...*
Siempre he buscado la misma palabra
en el idioma de los caballeros de la vieja Europa
y en la voluntad que se ha resistido
a los días más hábiles
como calzada romana cubierta
por la hierba.
La preciosa palabra del orfebre,
la palabra del tigre,
la palabra que chupando la médula
a la inocencia nace
más cerca que mi madre o que mi pecho.
Es la señal que grabaron los brujos
en mi frente,
el perro fiel que nunca me abandona
cuando se olvidan todos los amantes
de pedirme perdón.
Aquí, en esta palabra,
sumerjo mi amargura
y me voy desnudando ante sus ojos
pues sólo en ella entiendo quién he sido,
sólo en ella me busco
y me acompaño.
* Ah, Cernuda, Cernuda...