La pintura es de Augusto MarínBourreé¿A qué cede su paso la elegancia?¿Qué taimadapremonición de casashechizadas?¿Qué sonido se acercagalopando?¿Qué deshielo precozinunda el melancólico cariñode Alice posando parael espejo?LoureLlueve sobre el olorde una tierra cansada de dormir."Qué extraño junio viene desnudándome",se dice Alice mientras sale en buscade los brujos nocturnos."No puedo desistir de este peligro,la luz me ciega, invade mi silencio".Cansada de reinar sobre el olorde una infancia feliz con antifaces,se mira en el espejo fascinada.
La suite está compuesta de diferentes partes musicales. Iré escribiendo de dos en dos hasta un total de diez poemas breves. Música barroca...OuvertureSu pausado paso,como la luzde invierno, se recrea en los signosde la escarcha. Y nada se estremece,nada peligra fuera de lugar:toma su piel el vuelo de los cisnes,tersa su pecho un ritmo mesuradoy el matiz transparente de su bocaes frío y sin embargo deseable.Parece que los días perdonaranla verde hiedra loca en su cintura.SarabandaEl solsticio del invierno distigueel agotado zumo del amorde la perversa sangre del deseo.Ella ya no se confunde, contempla:entra la luz y el imantado espejoinsiste en reclamarla y, al segundo,vehemente rechaza la respuesta."Es igual que jugar con los amantes".Alice se ríe y piensaque está mejor el corazón sin lluvia.
La pintura es de Omar RayoAlice disfrazada de gataDelante del espejo, sólo por un instantecomo sueles moverte,o el paso imperceptibleo ser casi una sombra si no insistes.Apropiada comiday tu cesto egoísta y la suave apetenciade la tranquilidad.Y si aparece el celoque acaricie una mano tu trasero; escaparte,llamar esa llamada,
exhalar un perfume, perfilarte los labiosy sonreír a todos zorramente.Mientras tantocon frialdad recibe los regalos,que haya besos y abrazos tendidos en la alfombra.Pasa tu lomopor los pies de mamá; busca el regazo dulceque hasta la primaveraquedan meses desnudos con pliegues solitarios.Olvida las promesas que aprendistea hacer con las palabras.Debajo de la arcada mayor que tiene el puenteguarda su nido un pájaro rarísimo.Acecha sus costumbres, sus fabergé preciosos...vigila cuándo sale,cuándo limpia sus plumas para los esponsalesy paraliza el pulsoy cázalo deprisa.
Dibujo de Yuri KabishcherCanción infantilLos viejos maestrosmudados en gatos.Las viejas medusasesperan la piedra.Los viejos maestrosno tienen espejosni miran al río.Las viejas medusaspreparan la tintade culebras plumay detrás de bellosobjetos de adornoguardan corazonesmás breves que un puño.¿En qué mundo vives?¿Qué príncipe muertote entrega sus huesos?¿Qué artero vampirote frota la espalday trenza tupelocon pelo de lobo?Los viejos maestrosde risa de liebre.Las viejas medusassalando las manosde insulsos amantes:se comen las manosy un leve trocitoponen en tus dientes.Los miran, los matan,los visten de piedray un leve trocitoponen en sus dientes.Los viejos maestrosenseñan gramática.Las viejas medusastrituran recuerdosy bailan y bailancerca de la orilla....................................................................................El poema está dedicado a Ikaro, o a Kmaleon, o a Zelig....quién sabe lo qué es....
Pintura de Marie-Guillermine Benoist (1768-1826)
Luna negra
Perfecta e invisible,
renunciando a pequeños hornos de la amargura.
No supieron mirarte
ni cuando estabas blanca, indomable en los campos,
subiendo las mareas
de los sexos erectos: haberte conocido
muy tarde en este año,
lamentándose.
No supieron mirarte aunque, eso sí, bebieron
de tus cánticos.
Hay una diferencia entre tu amor, la tinta
y la escritura torpe
de aquellos que temían llegar hasta el lugar
donde ya es imposible volver a estar tranquilo.
Perfecta e invisible,
no inútilmente negra sino ocultado río.
Allí lejos no esperas ni iluminas o perdonas.
Quien se atreva a mirarte será porque resiste
la música terrible
de los bosques más hoscos.
Será porque resiste mirarte si la noche
desvía sus ternuras.
Entonces brillarás
para sus labios
y cegado de amor
te esconderás del sol y las gastadas tardes
del otoño.
Será una noche sabía,
fértil y deslumbrante.
Oh, la primera noche
de pantera
perfecta e invisible...
Fotografía de D. Calzada
Cuarto menguante
Luego se cansan...
Ahitos de veneno sobreviven
y tú, ¿qué has hecho
sino jugar ruleta e inocente?
Luego se cansan...
Recogen sus pedazos,se enderezan,
buscan muchachas dulces y prefieren
dos horas de cerámica vidriada
a beber de tu sangre y consumirse.
Ahora es tiempo
de ocultarse,
de ir adelgazando mientras sonríes
como un gato o como un arabesco
en la laguna.
Te buscarán
cuando luego les falte ese veneno
y tú estarás presente pero oculta;
el mar sabrá que vives muy callada
ejercitándote
sobre el gusto vulgar de los que pactan
con el miedo.