Luna rojaLa buganvillas caen y no fermenta el pany se encrespan los gatos y en los templos escitas la sangre de los jóvenesllega hasta el mar y sirve de espumoso reflejoa tu ocultado rostro,al veneno que beben los marinos de América.Alice,¿qué veneno preparas para delgados diosesque quisieran dormir en tu regazoy negar que están muertos, que sólo tú pudierasrobarlos de la muerte, levantarlo en vilo, cubrirlos de menstruales abluciones?Oh, Alice,¿qué tiempo es éste tuyo donde todo doblegasu hierro a tu potencia?Adiós los juramentos,contemplativas vidas, jardines japoneses,cositas a ese lado de los buenos propósitos.Tú sabes qué veneno prefieren las manzanas, qué miradas gorgonastendrás cuando, en los bares, alumnos hermosísimosrespondan a tus señas,te pidan ser comidos entre tanto te miran.Las buganvillas caeny azulados papeles, libros de la autoestima,respetos,porcelanas.¿Qué veneno regalas a coros eclesiásticosde la paz a los hombresque no puedeenmascarar tus labios,condenar tu cuchillo,huir de otro tormento?
Luna llenaRecorres los campos acompañada por salvajes mastinesy en los cruces de los caminos hallas viajeros temerarios que han perdido su Norte.Ya no recuerdasqué amantes de tu casa vinieron a decirte que es muy tristeno suplicar ni el llantoa cambio del tesón de sus esposas, de su ordenado hogarpara soñar infieles aventuras y un alarde virilen sus linajes.Desde tu extrema soledad de reina del desierto te inclinasa las cantoras de dieciocho años que aprenden de las sabias prostitutasa modelar las dunas de sus muslosy a conjurar los dientesdel simún.¿Qué naderías guardan los hombres que presienten su extravío,que te huelen brillar como una virgen lasciva bajo el manto,como remota maldición que llega cuando todo parece una victoria?Hay campos sabedores de tu hoguera, campos que no se dejan engañarpor ciudades de luz;esas tierrras baldías, habitadaspor salvajes mastines, por ventiscas que borran los caminosy habitadaspor mujeres de amor que han olvidado el llanto de sus ojos.(Aclaro que los versos, en el original, son más largos pero, por aplicar un formato de letra más grande, ocupan demasiado espacio en una sola línea)
Cuarto crecienteTu hermana tendrá un hijo...Tú no esperesel regreso de Pinkerton, la vozde quien ensaya una promesa firmeo floresque las recién casadas aderezanen búcaros, en dormitorios cálidos,en un joven y bello regocijo.Quema tu aleteo de mariposacuando llegues allí.Los niños serán siempre ocasionalesexcusas para ocultarte y decirque quieres descansar de los ansiososy estar desnuda y lejos de sus manos.Los niños serán siempre de otras madres,los marinos tendrán sólo una nochede placeren tu casa.El mar verá tu vuelo de marfil.Dile adiós a tu hermana girasol.Despídete del día y su promesade nupciales navíos desde el Este.
PANTERA PERFUMADACuando quieres hacer un solitariolaberinto,cuando tus ojos verdes se distraenvigilando por ti las hojas secas,cuando el felino joven que tú fuistecede su rastro al lustroso pelajede noviembre,cuando la tierra duerme amorataday los venados lanzan sus berridosy los cachorros cuentan sus conquistaspara cruzar soñandoel Año Nuevo,parece que estás fuerasalvaje e invisible.Sin embargo,de tu carne tranquila mana lentauna extraña fragancia;de tu distante negligencia surgey atrae a rubias bestiasbien intencionadasque alegres curiosean tu laberinto,que van pisando trampas de hojas secasy pretenden saberqué músculos desgarras, qué seguroscolmillos.Déjales conocer tu resistencia,que ignoren la textura de tus uñasy aroma su llegada mansamente:debe ser oportunala señal que te indica cada presa,esa ocasión certera del zarpazo.